Muchas veces nos sentimos estresados, el tráfico, las obligaciones familiares, la exigencia por cumplir nuestras metas personales, nos hace sentir esa sensación de que por más que hacemos y hacemos, siempre hay tareas por resolver, quizás esta sensación se deba a la sobrecarga de trabajo.
Me encontré con una muy querida amiga, su semblante no era el de siempre, se veía triste y ojerosa, su relación familiar es envidiable, pero ha emprendido varios proyectos y se encuentra saturada, ¿Te has sentido alguna vez así? Hace algunos días justo escribí una frase, “A veces hay que desacelerarnos para encontrar paz interior”, y es que tanto el deber como cumplir con excelencia de nuestras actividades profesionales en ocasiones nos lleva a un punto extremo en el que tenemos que parar o la salud nos va a cobrar un precio alto.
La sobrecarga de trabajo por un tiempo prolongado puede causarnos estragos, y dejar secuelas en nuestra salud física y emocional. Pero ¿Qué señales nos indican que estamos sobrecargarada/os?:
La falta de energía; sentir que nos cuesta trabajo levantarnos o continuar realizando nuestras actividades cotidianas, estar estresados constantemente en el trabajo, sentir ansiedad al pensar en tener que regresar a nuestras actividades laborales, dificultad para desconectarnos de los pendientes o sentir que no conectamos en nuestro entorno familiar o con amiga/os.
¿Cómo solucionar este problema? Primero es importante escucharnos, a veces el mismo cuerpo nos empieza a llamar la atención con algunas molestias o dolores, hay que atender sus señales. Es importante identificar las causas de esa sobrecarga, tal vez no nos estamos organizando adecuadamente, no delegamos y por lo tanto tampoco pedimos ayuda.
Realizar una adecuada planeación personal y priorizar tareas puede ser una manera de romper con la saturación de trabajo, realizar primero las que nos cuestan más trabajo y después las que disfrutamos más, eso nos ayudara a no procrastinar, realizar lo que te planteaste en el tiempo y momento adecuado y no dejar para después aquello que se puede convertir en urgente.
Puedes sentir esa sensación de parar y descansar, pero algo dentro de ti te dice que al hacerlo no estás siendo productiva, es importante aprender a callar esas voces y poner en tu planeación personal tiempos para el descanso, la recreación y la convivencia social.
Puede llegar ese sentimiento de culpa, al sentir que estamos desaprovechando el tiempo si tomamos una siesta, o tomamos tiempo con amigos o de diversión, pero esos espacios no solo te ayudarán a recargar la energía, meditar y aprender a estar sola/o también te da la posibilidad de estar más relajada/o y permitir que fluyan ideas nuevas.