Cada mañana agradezco una nueva oportunidad de estar viva, más aún en estos días, en los que lamentablemente hemos tenido la partida de seres tan amados que se nos han adelantado en el camino. No sé si es justo porque traspaso la frontera de los 50 años, pero en mi interior la juventud acumulada, me hace sentir nuevos bríos y una gran fuerza interior, que quizás al pensar que puedo estar más allá de la mitad de mi vida, me generan prisa por cumplir todavía muchas metas, sueños y proyectos que mantienen a tope mi energía, motivación y entusiasmo.
Cuando miro hacía atrás, tengo grabada en mi mente una fotografía que tomé el día 2 después de haber concluido con mi última responsabilidad en el gobierno; y digo el día dos, por el que el primer día no me quería levantar de la cama, ahora tendría todo el tiempo libre, pero ya no los ingresos constantes y me retaba el hecho de tener que generarlos por mi misma.
Ese día uno, después de un rico desayuno, sin prisas, me miré al espejo y corrí a hacerme un nuevo corte de cabello, tal vez era una forma de despedirme de mi antigua yo, y de darle la bienvenida a esa nueva mujer en la que me convertía ahora, no quise pensar mucho, solo disfruté el minuto a minuto, charlé con mis hijos, caminé en el parque, y al llegar la noche simplemente pensé mañana empiezo a escribir una nueva página en el libro de mi vida.
El día dos, ¡Wow!, fue increíble, tomé una caminata matutina, disfruté un delicioso baño, tomé un rico almuerzo, y me arreglé como si fuera a mi primer día de trabajo en una nueva empresa, solo que ahora, era la mía. Llegué a un pequeño cubículo en la oficina que había rentado, la decoré con flores, puse una foto familiar con mis hijos y mi esposo; Me senté frente a la computadora, miré al horizonte por buen rato, estaba soñando despierta y supe entonces que solo miraría hacía atrás cuando necesitara recordar herramientas y aprendizajes que me sirvieran en mi nueva vida.
Ese día hace más de cinco años inicie un nuevo camino, agradezco mucho a todas las personas que me impulsaron, me motivaron y acompañaron, acercándome a instituciones y grupos empresariales que me ayudaran a fortalecer mi idea de negocio. Hoy puedo decir que a pesar de los obstáculos y retos que durante este trayecto se han presentado, la experiencia y edad me ayudaron a asumirlos con determinación y fortaleza.
Cuando pienso en otras personas que, como yo, han llegado al umbral de los cincuenta y escucho historias de terror, como el de aquella señora que solo espera el día en el que llegue su minuto final de vida porque sus hijos se han ido, ha quedado viuda y ya no tiene más que hacer; O a aquella señora que después de entregar una vida entera a la compañía en la que dejó parte de su juventud la han despedido “por que ya no les sirve”. Me maravillo de conocer en contra parte a cientos de mujeres de mi edad o más; que hoy encabezan sus negocios, crearon empresas exitosas o simplemente siguen siendo activistas, líderes sociales y aún tienen ese ímpetu por aportar a la sociedad, agradezco la posibilidad de emprender y de descubrir cada día nuevas herramientas, metodologías y personas que aportan valor a mi negocio. Hace unos días leí algo alentador, según datos internacionales, los emprendedores mayores tienen una tasa de éxito del 70% al crear nuevas empresas, mientras que en los jóvenes el porcentaje oscila el 28%. En el entorno actual, emprender es una alternativa viable para las personas que han quedado fuera del sector laboral tradicional, pero si poseemos buena salud, energía y creatividad podemos seguir aportando desde nuestra experiencia y conocimientos para generar negocios sustentables.
Algunas ventajas de emprender a esta edad radican en que las personas contamos con mayor experiencia, poseemos una amplia red de contactos que nos puede ayudar a abrir puertas, podemos visualizar diversos escenarios y con ello medir o anticiparnos a posibles riesgos. Aunque uno de los principales retos radica en aprender nuevas herramientas tecnológicas, adaptarnos a los nuevos códigos de los nuevos emprendedores, y por supuesto, la percepción social de que a esta edad puede ser tarde para volver a comenzar.
Por lo tanto, mi querida Freely te invito a no desanimarte, si hoy tienes ganas de empezar un nuevo negocio o emprender una actividad productiva hoy en día contamos con diversas alternativas para hacerlo incluso en la comunidad de nuestro hogar, con poca inversión y menos riesgo. Te animo a recuperar aquellos proyectos que quizás habías archivado o recuperar los sueños a los que habías renunciado por sentir que ya no es tiempo.
Cada etapa en nuestra vida es valiosa cuando nosotras mismas le damos un significado positivo, constructivo y edificante, jamás es tarde para sentirte una mujer plena, realizada y feliz, aunque para lograrlo tengas que superar diversos obstáculos al final te quedará la satisfacción de haberlo logrado y no haberte perdido de la aventura de intentarlo.
Lucy Pérez